Día Internacional de los Bosques Tropicales

El 22 de junio se celebra el Día Internacional de los Bosques Tropicales, una efeméride proclamada en el año 1999 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Organización Mundial de Conservación (WWF) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Los bosques tropicales son el hogar de la mitad de las especies de plantas y animales del planeta. Brindan refugio a la vida silvestre. Ayudan a fijar los suelos y a filtrar las aguas. Son fuente de alimento, medicinas y materias primas. Y por si ello fuera poco, nos ayudan a combatir el cambio climático.
En esta fecha es fundamental asumir que la supervivencia de los bosques tropicales depende de nuestras acciones como comunidad global. Lo que les pasa a los bosques es consecuencia directa de nuestra forma de vida. Y si no la cambiamos, perecerán. Y con ellos también lo haremos nosotros.
La tala es la principal culpable de la degradación de los bosques tropicales. Pero, por ejemplo, en la Amazonía, la producción de carne de ternera es la principal causa de su deforestación. Las cifras son escalofriantes. Desde el año 2000 más del 50% de las quemas intencionadas y posterior derribo se debieron a la recuperación de tierras para el pastoreo.

Y la otra gran culpable es la agricultura. En América Latina desaparecen áreas enteras de bosques tropicales. Y tras ellas se planta soja (muchas veces transgénica), con la que luego se fabrica “pienso”. Que finalmente acaba alimentando a los cerdos, cabras, terneras y pollos europeos y del resto del mundo.
Estos procesos emiten una cantidad significativa de CO2. Por lo que las áreas boscosas pierden capacidad de actuar como sumidero de carbono. Pero peor aún, la huella de carbono de la soja puesta a miles de kilómetros de su origen es enorme. Y las cantidades de metano que libera el ganado son escalofriantes, (y las emisiones de metano son mucho peores que las de CO2).
Por ello cuanta menos carne consumamos, mejor será para los bosques tropicales. Y seguramente también para la salud. Y no es necesario cambiar drásticamente la dieta para marcar la diferencia. Una comida menos cada semana en base a carnes ya es suficiente. Pero hay que ser conscientes de que en nuestras manos está consumir de forma menos destructiva
Anualmente se pierden 10 millones de hectáreas de bosques, una cifra alarmante que es necesaria detener.

Algunos tipos de bosques tropicales son los siguientes:
Bosque Tropical Lluvioso: son bosques sin estaciones secas y con precipitaciones de más de 2.500 mm. La Amazonia contiene la mayor extensión de bosque tropical lluvioso en el mundo.
Bosque Tropical Húmedo Caducifolio: son bosques menos biodiversos, con precipitaciones anuales de 1.000 a 2.000 mm.
Bosque Tropical Seco y Semi Seco: presentan precipitaciones anuales de 500 a 1.000 mm, con extensos periodos de sequía. Se encuentran en África.
Formaciones de Bosques Tropicales en tierras altas: se ubican en colinas o montañas, con altitudes superiores a los 800 metros sobre el nivel del mar. En América Latina se ubican en la Cordillera de Los Andes.

Cabe recordar que otros de los peligros que afrontan los bosques tropicales son los incendios forestales, invasión de áreas boscosas, para el establecimiento de asientos comunitarios ilegales, construcción de infraestructura, proliferación de cultivos ilícitos y (como dijimos más arriba) deforestación indiscriminada de áreas boscosas, que contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero, incidiendo en el calentamiento global y el cambio climático.
Para finalizar, a continuación mencionamos algunos datos interesantes sobre los bosques tropicales:
Un árbol libera entre 8 y 10 veces más humedad en la atmósfera.
Los bosques contienen más del 80% de la biodiversidad terrestre.
En los bosques amazónicos se ubican más de 1.000 especies de plantas, utilizadas con fines medicinales.
Los bosques tropicales cubren al menos el 3% del área terrestre.
Aproximadamente el 60% de los medicamentos utilizados contra el cáncer y para el tratamiento de otras enfermedades (afecciones cardíacas, reumatismo, hipertensión, artritis, entre otras) proviene de plantas de los bosques tropicales.
La Organización Mundial de las Naciones Unidas estima que más del 25% de la población a nivel mundial dependen de los recursos forestales para su subsistencia.

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