Entrevista a Cecilia Ruggiero

Dialogamos con la psicóloga clínica y escritora, egresada de la Universidad de Buenos Aires, formada en maternidad sarda, miembro de Funlarguia, autora de “Iupi, mi familia se agranda”, “Hola y Adiós”, “Ups llegue antes” junto a su equipo de Funlarguia y por último de, “Acá estamos, volviendo”.

Celilia trabaja como psicoanálista en su consultorio de San Antonio de Padua, cómo también es directora general de conociéndonos, un espacio de acompañamiento en el proceso de embarazo, nacimiento, puerperio y primeros tiempos de la crianza. Su conexión con nuestra ciudad es su familia materna, los cuáles son de Bragado. Actualmente se encuentra en nuestra ciudad, en el marco de la Feria del Libro, Stand 7, distribuidora cuatro islas.
Cuando nos acercamos a ella lo primero que le preguntamos fue cuáles habían sido los motivos para escribir este libro y porque tenía el foco en la vuelta a clases, a lo que respondió, “hace unos años junto a Funlarguia creamos la colección lazos, tres cuentos para acompañar a las familias.
El nacimiento de un nuevo integrante, la prematurez y el fallecimiento de un hermano fueron las temáticas” el proceso del armado le encantó y fue algo que disfrutó mucho.
“Tenía pensado un libro pero el regreso a la presencialidad de mis hijos me despertó la emergencia de distintas emociones encontradas. Por un lado la expectativa y alegría, pero por otro, la incertidumbre, el temor y la ansiedad”.
Este fue un tema que surgía y escuchaba en varios lados, desde las reuniones de madres hasta en su consultorio, entonces un día, decidió que, esto sería lo que narraría.
“Salió naturalmente pero como todo libro infantil necesitaba de una ilustradora y allí la convoque a Virginia Dabrowski que es diseñadora gráfica e ilustradora.
Rápidamente empezamos a imaginarlo, creamos a los personajes y buscamos transmitir el mayor abanico de emociones. Podría haber sido cualquier lugar pero el colegio es un espacio sumamente importante para todos los niños. Allí no solo aprenden, sino que socializan. Y la alegría de ir volviendo se reflejaba en los ojitos brillosos”.

La experiencia personal en la escritura de este libro influyó en que, meses y meses acompañando familias, recibiendo interconsultas, hicieron que escribir fuera desde el momento una posibilidad de aportar desde su especialidad como acompañar, sostener y alojar las emociones de los distintos miembros de la familia.
“Hacer hincapié en lo que les pasaba en primer lugar a los padres de los niños por los que se consultaba para poder sostener a los chicos de manera saludable.
En lo personal me emocioné, reí y llore. Fue muy importante el armado de la mano de mi hijo mayor de 8 años. Con el fuimos imaginando, sugirió detalles hermosos y lo fuimos ficcionando. Hay mucho de lo que hemos hablado con mis hijos reflejado en el libro, por eso yo siempre digo que el libro es nuestro”.
Las expectativas que tenía de su libro (y que aún conserva) es que permita hacer un registro de lo ocurrido, que sigue ocurriendo aún.
“De que tanto grandes como chicos se sienten identificados y puedan integrarlo a la historia”.
El cuento está narrado desde la voz de un niño que va contando desde que se enteró lo que estaba sucediendo hasta que todo “volvía”.
“Jugamos muchísimo con la ilustradora pensando en los colores para representar la imaginación, por ejemplo, de cómo se imaginaba el niño la vuelta al colegio, también fuimos muy cuidadosas de la importancia del sostén, de la mirada y de nuevos modos para saludarnos”.
Al final de este libro se encuentra una hoja con un niño saltando. Allí es donde pueden dejar una huella narrando lo que les pasó leyéndolo o algo que quieran compartir de este tiempo.
“Yo sugiero que sea un libro para leer con otro al menos la primera vez. Moviliza mucho y en la voz del adulto conocido tiene un efecto beneficioso”.

Este libro se encuentra ilustrado y destinado a familias, con la intención de acompañar a poner voz de lo que ocurrió y que de alguna u otra forma, sigue ocurriendo. Ya que la pandemia fue un acontecimiento disruptivo que produjo un impacto en todos.
“Que sea imprevisto nos requiere que tengamos que hacer distintos procesos psíquicos para aceptar lo sucedido. Ante esta situación cada quien desplegó sus defensas psíquicas. Es muy complejo generalizar acerca de lo que les pasó. Cada niño/niña lo atravesó desde su historia personal”.
Este cuento es tan actual que tanto a niños, adolescentes y adultos les toca el alma. Moviliza mucho aún, muestra diferentes emociones en todo un proceso”. El niño protagonista piensa en la escuela y crea en su imaginación nuevas formas de valorar los encuentros, “no veo las sonrisas de mis amigos pero lo noto en el brillo de sus ojos.
La seño tiene una voz cálida que me abraza sin hacerlo” estás son algunas de las grandes que entraman dicho cuento.

Cecilia, para cerrar, ante la pregunta de si le dará continuidad a este libro, nos cuenta que, no es algo definido, pero que si planea retomar el cuento que ya tenía en mente y postergó por la creación del actual.
“Acá estamos refleja la ambivalencia en este ir volviendo y mi energía fue crearlo para que algún día quizás en un tiempo no muy lejano podamos verlo y recordar que viviendo una pandemia de la que seguramente aprendimos muchísimo”.
Finalizó con una frase de una colega, “será un documento histórico de esa familia”.
Queremos felicitarla por su gran dedicación y predisposición, y los invitamos a que adquieran su libro y lo lean, puede ser de mucha ayuda.
Ella espera, pronto, poder acercarse a nuestra ciudad y realizar una presentación, nosotros, deseamos lo mismo.

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