Escribe Marcelo Elías

Un primer paso en camino: un entendimiento con el FMI, nada más y nada menos, tardío pero positivo. 
De confirmarse un acuerdo, se puede destacar como positivo, dando por cierto lo dicho por el presidente, una refinanciación a 10 años con cuatro de gracia y la devolución de lo pagado para recomponer las reservas (U$S 5.000 millones). Esto hace caer todos los discursos, denuncias y hasta insultos de los distintos referentes del gobierno, Alberto, Cristina y Sergio, en el primer nivel, Máximo, Boudou, D’Elia, Kicillof, Vallejos, Parrilli, Brieva, Víctor Hugo Morales, el Gato Silvestre y tantos otros.
En definitiva, el crédito tomado por Argentina durante el gobierno encabezado por Mauricio Macri es legal, legítimo y perfectamente pagable. Esto último, mediante los mecanismos tradicionales de refinanciación reflejados en el acuerdo.

Hablando de dichos, debería quedar claro que los errores y aciertos de la negociación son responsabilidad exclusiva del presidente quien finalmente toma las decisiones, o en palabras de Cristina, tiene la lapicera. Lejos de lo que el presidente plantea este primer entendimiento no sería un gran triunfo de los planteos de su gobierno.
Los plazos no se estiraron hasta los 20 años como reclamaban las autoridades nacionales, contra el estatuto del organismo, la reducción de las sobretasas tampoco se consiguió y el déficit cero no será en el 2027 sino en el 2025. Por lo tanto, no se entiende la larga demora en línea con la tendencia a procrastinar del presidente, su ministro y el gobierno en general.
La tardanza no ha sido gratis: inflación, brecha cambiaria, dificultades para importar insumos, ajustes en jubilaciones y salarios, aumento de la pobreza, dificultades para gestionar la crisis sanitaria derivada de la pandemia, han sido, entre otros, costos dolorosos.
Ahora debemos ver cómo se implementa la reducción del déficit hasta llegar a cero en el 2025, cómo se reducirá la emisión y por lo tanto cómo se accederá a los mercados financieros, con un riesgo país alto y el aumento de tasas comprometido en el mercado local.
Subrayo que este acuerdo, al igual que el tan criticado del gobierno anterior y los más de 20 que Argentina firmo con el FMI, es de carácter político, lo certifica el trajín del gobierno buscando apoyos en Europa, EE.UU., China y otros países socios del FMI, e incluso la intensa actividad del Papa Francisco.
Quiero reproducir una frase del ministro Guzmán que pone al descubierto falsedades del discurso oficial:
¿Cómo se devolverá el nuevo crédito para repagar el de Macri? Le preguntó un periodista, el ministro de Economía dijo que “ahora pasa lo mismo” que en 2018: hay un programa de dos años y medio durante el que nos dan la plata para repagarles, pero que después “la deuda queda”.
La deuda que vuelve a quedar es la que en diferentes formatos dejó Cristina en el 2015 y el déficit que se debe bajar, para no seguir endeudándonos, es el que ya había bajado el gobierno encabezado por Macri.
 

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