Juegoteca Comunitaria: mensaje por el Día de las Infancias

Ayer se celebró el Día de las Infancias y desde la Juegoteca «Nada en su Lugar» compartieron algunas reflexiones que esperan que trasciendan las efemérides y se transformen en banderas para alojar a todas las niñas y niños.

«Nada en su Lugar» viene gestando espacios de jugar en nuestra comunidad, desde el 2016, articulando intervenciones itinerantes en plazas, calles, veredas; sumando el espacio de apoyo escolar y acompañando sus propuestas con una merienda comunitaria para compartir el cierre de las jornadas. Este proyecto comunitario requiere de políticas públicas que nutran y valoricen el jugar como un derecho humano para las niñeces.
«Las organizaciones comunitarias estamos en cada barrio, abrazando la vida en comunidad como sostén y red ante la desigualdad.
Como juegotequeras sostenemos que la celebración del día de las infancias es con todos/as los/as pibes/as adentro. Necesitamos de un estado presente en todos los territorios garantizando los derechos básicos por encima de cualquier interés de las corporaciones que concentran la riqueza», sostuvieron.

Además plantearon que: «en la Argentina, más de la mitad de las niñas y los niños son empobrecidos. Según el INDEC la indigencia infantil alcanza el 12,6%. ¿Es una cuestión de suerte? ¿De mérito? ¿O es ausencia del Estado en el lugar que naciste?¿Cuánto valen las vidas de las infancias empobrecidas? Porque el hambre es un crimen y sin justicia social seguirán en la periferia y por fuera muchos/as de los/as niños/as, nuestros pibes/as».
Asimismo manifestaron: «una vez más como tantas otras veces y hasta que se haga costumbre decimos y deseamos: que las infancias sean escuchadas, acompañadas y protegidas. Que ninguna pase hambre, ni frío. Que todas tengan una vivienda digna. Que la educación sea para todos/as. Que el jugar sea un derecho universal hacia todas las niñeces. Por infancias libres, diversas, sin etiquetas, sin discriminación y sin violencias. Que en la infancia las niñas sigan siendo niñas y no madres. Que los cuerpos y subjetividades sean soberanos y respetados por todos/as. Que sus elecciones de vida sean acompañadas con amorosidad, información y oportunidades. Que las políticas públicas tengan como prioridad a las niñas y los niños que son nuestro presente. Abracemos estas palabras como prácticas y luchas colectivas y abracemoslas como comunidad para ser oportunidad en cada niño/as y en todos/as».

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