Qué dice la calle… Martes 05 de Abril
La frase de hoy: “Ha sido bueno recordar lo que pasó en el pasado, incluso con datos poco conocidos”.
Por ejemplo, que el origen de la visita relámpago de Juan Pablo II al país, nació con la decisión del Sumo Pontífice de visitar Gran Bretaña. Sin embargo, el protagonista clave fue el cardenal Agostino Casaroli -un diplomático sobresaliente-, quien lo convenció de ir también a Buenos Aires. Sergio Rubín ha escrito que fue el modo de no parecer a favor de argentinos e ingleses. Era el mes de mayo del 82.
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La historia de este viaje papal -que constituyó un hecho inédito en la diplomacia vaticana- comienza en 1980 con la decisión de Juan Pablo II de visitar Gran Bretaña. Con el paso de los meses, la Santa Sede anunció que el viaje sería entre el 28 de mayo y el 2 de junio de 1982, pero dos meses antes se produjo el desembarco argentino en las islas. La circunstancia puso en aprietos al Vaticano.
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¿Debía el Papa ir igual a Gran Bretaña y correr el riesgo de que ello se interpretara como un favoritismo hacia los ingleses en desmedro de la Argentina, la décima nación católica y parte en una mediación papal con Chile por un conflicto limítrofe?
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Finalmente, el Papa decidió ir a los dos países. En esa determinación fue clave el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Agostino Casaroli, que lo convenció de viajar también a la Argentina, según le dijo días pasados el periodista Luis Badilla, del sitio El Sismógrafo, y quien acompañó a Juan Pablo II al país, al periodista Hernán Reyes Alcaide, de Télam. “Fue clave su astucia”, señaló. La decisión implicó organizar un viaje en pocos días cuando lo habitual es que la Santa Sede se tome un año. Pero la idea era mostrar que el pontífice estaba cerca de los dos pueblos.
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El Papa Juan Pablo II estuvo dos días en Argentina. Dio una misa en Buenos Aires, donde miles de personas le pedían por la PAZ y viajó a Luján, visitando la Basílica y hablando ante otra multitud, rogando por el fin de la contienda. Su voz particular y el sentimiento expresado llegó al corazón de la gente.
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Este año, en Bragado, fue bueno poder leer la entrevista-confesionario a “Richard” Arrigoni, que sigue recordando como si 40 años no hubieran pasado. La Calle se conmovió como en los días de la guerra y la incertidumbre… Saludos al marino que pudo volver a casa y a la autora de la nota.
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Fue positivo escucharlo hablar a Gabriel Cepeda en el acto por los Excombatientes, el sábado a la mañana. Cuando estuvo en el escenario de la guerra, no pensó que después de mucho tiempo, mantendría la sensación de pertenencia. “Algún día las recuperaremos, por la vía diplomática”, sintetizó. El papá de Gabriel fue ferroviario y la mamá abogada, viviendo en una casa de la calle Brown.
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Merecido reconocimiento… Es el que se brindó a Antonio “Pochi” Del Vitto en el marco de la fecha de Rally corrida en Bragado. Fue piloto de un Torino, en el tiempo donde las carreras de auto llegaban a cada pueblo los fines de semana, convirtiendo el día en una fiesta popular.
